ANTOLOGÍA MÍNIMA DE ROLANDO FAGET
__________________________________________________

DE "EL MURO DE LOS DESCANSOS"


Como siempre

Llueve como llovía hace mil años
llueve como mañana
llueve de arriba a abajo como un mapa
como un mapa cortado
como una madre que cambió de cara
como un perro feroz, como mil dientes
como una tarde negra a borbotones
como estar solo a gritos
como siempre.


Mañana

Bueno, si yo pintara
si pudiera instalar algo como una tela enorme y limpia enfrente mío.
Si acostumbrara, si la mano accediera
una cierta mañana transformaría un pincel simplemente adquirido
en un activo y joven grito como una planta innovadora.
Será una tela grande, amplia pero cercana y transportable
a la inmensa medida moderada
de este hombre que soy y los que somos.
El bermellón, salvaje como un canto recién amanecido,
entrañable y primario como un cielo de mito
inundará la superficie virgen.

Esto es muy relativo, porque pensándolo bien se agruparía
-el bermellón nombrado- cerca o en relación de un verde vertical
agolpándose ambos en su ríspida, improvisa textura
junción fresca y llamante como una afirmación definitiva.

Y el amarillo alcanza, provocativo, al blanco
ingenuos y egocéntricos como niños
que saben y que afirman la infancia verdadera.

Ahorro colores, matices y grafismos.

Pero no niego que alejaría el azul engañoso
de mi tela pintada a brocha grande
evitando asimismo toda gota de gris, de negro repudiado
y aún del rosa y su pálida estirpe,

Si pudiera pintar una mañana
despertar una tela alegremente con mi signo de amor
erecto y dócil
necesariamente reservaría estos colores últimamente mencionados
para el atardecer, para la noche que administro
con el cierto dolor de padecerlos
en el lento se va de este destino.


Deberes

Por ejemplo cumplimos la dolorosa obligación
de visitar a un muerto
amigo casi muerto y ,sin remedio.

Por ejemplo cumplimos la dolorosa obligación
de mirar hacia atrás
y pensar "s¡ yo hubiera".

Por ejemplo cumplimos la dolorosa obligación
de crecer y morirnos.


El precio


Y adentro pasa todo noche a noche
dormir es espantoso
o despertarse es peor
cada mañana.

Hay que salir, por cierto
el aire duele
cada sonrisa cuesta
noventa y nueve marcos germano occidentales.

Tennesee Williams sabe
que hay pastillas pequeñas
infinitamente misericordiosas.
Que adentro pasa todo
para siempre.

El muro de los descansos
Ediciones de la balanza
Montevideo, junio 1976